Para ser un campeón no hace falta ganar 4 Tours, 3 Giros o 5 Vueltas. Ni conseguir un triunfo de etapa en el Tourmalet o en Alpe d'Huez. En el ciclismo de hoy en día la labor de equipo es fundamental y ahí es donde este gijonés ha despuntado en su larguísima trayectoria. Un gregario como la copa de un pino, Chechu Rubiera ha demostrado estar siempre a las órdenes de sus jefe de filas, en especial Lance Armstrong. Precisamente el americano hace unos años en una entrevista comentó que su ídolo ciclista era Chechu, y es que le debe mucho en sus 7 Tours de Francia. Sobretodo me quiero acordar de aquellos 500 metros que le hizo en el Alpe d´Huez, cuando el entonces US Postal jugaba al engaño con Ulrich y el de Gijón le lanzó el ataque que finalmente sería definitivo para hacerse con el triunfo de etapa y dejar el Tour casi resuelto.
No quiero olvidarme de las 2 etapas conseguidas en el Giro de Italia. Cada vez que había un descenso y el suelo estaba mojado había que tenerlo muy muy en cuenta para una posible victoria.
Ayer disputaba, a sus 37 años, su última carrera oficial y en 15 días disputará el Criterium Ciudad de Oviedo, donde la afición asturiana le rendirá un más que merecido homenaje.
Muchas gracias por habernos hecho disfrutar, CAMPEÓN