lunes, 25 de julio de 2011

Diario de mi viaje al Tour.- Día 5

Grenoble, domingo 24 de Julio, 23:25 h.

Día tranquilo donde los haya. Me habré levantado a eso de las 10:30, desayuné, encendí el ordenador y me puse a pasar a este blog los primeros días de mi diario escrito en dos folios divididos en 4 partes. Después estuve viendo un poco de natación y la F1 (todo ello en gabacho). Hacia las 15.30 más o menos llegó mi primo que se había ido al monte (yo desistí debido a mi dolor de rodilla y cansancio acumulado los días anteriores... 40 Km en 3 días) y nos dispusimos a degustar una riquisima ensalada y mejores chuletas. Él se fue a echar la siesta y yo intenté ver el final del tour (en francés como no). Digo intenté porque a falta de 15 Km ya perdí todo tipo de sentido con la realidad y entré en muerte cerebral durante una hora o así. Creí ver entre sueño y sueño que había ganado Cav al sprint, cosa que confirmé hace unos minutos.

Una vez los dos despiertos decidimos dar un paseo y conocer yo la ciudad de Grenoble. Es una ciudad que se puede asemejar a Oviedo o Iruña en cuanto a tamaño. Con un casco antiguo bastante pequeño pero con unos parques bastante interesantes. Está situada en un valle entre 3 colinas, que hacen que la ciudad forme una especie de Y. Luego visitamos el estadio de fútbol del equipo local. Decir que este estadio se terminó de contruir para el ascenso del Grenoble a la primera división. El primer año en esta categoría vivió de las rentas de los buenos resultados cosechados en la primera vuelta. El segundo año batió el record negativo de puntos conseguidos en una liga y descendió a segunda división. Ese año en la división de plata, esta temporada pasada, quedó en última posición, por lo que descendió de categoría. Se intentaron apropiar del club algún inversor que otro, pero al final, por impago, la federación les multó con la pérdida de 2 categorías. Ahora mismo el equipo ha desaparecido y el estadio queda ahí para algún partidillo o concierto. Esta historia me recuerda a cierto equipo asturiano que espero no acabe como el Grenoble.

Justo al lado del estadio hay un parque donde se encuentra el anillo de patinaje de velocidad sobre hielo y el pebetero que se utilizó en los juegos olímpicos de invierno de 1968. Me sorprendió la grada tan pequeña que tenía el estadio de patinaje, pero claro, a saber la repercusión mediática que tenían unos juegos olímpicos de invierno en aquel entonces.

Luego fuimos a comprar unas pizzas para comerlas luego mientras veíamos cómo Uruguay ganaba 3-0 a Paraguay en la final de la Copa América.

Y ahora aquí estoy, en la cama con hielo esta vez en la otra rodilla, ya que de tanto cojear se me ha cargado y duele aún más que la derecha. Mañana ya toca retirada y volver al calor de Madrid. Espero que no me reciba con 37º.

En el móvil suena "Perro Verde" de Marea

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